Con más lentitud de la que quisieran las mujeres amantes de las joyas de cuento, los broches llamativos están volviendo inexorablemente. La moda del country chic británico en prendas exteriores susurra que se prenda un ramo de piedras semipreciosas en un redingote o abrigo; la nueva ola de interés por las boinas prácticamente exige subrayar esta prenda de cabeza francesa con algo brillante. Por último, con un pequeño broche puedes convertir una banal gargantilla de terciopelo en un accesorio único o devolverle a un bolso raído o a una camisa de rayas su carácter de favorito.
Para los que no les gusta la bisutería, demostrar su amor por una versión enjoyada de la insignia sería difícil y bastante costoso. Sin embargo, acude al rescate la marca de joyas Sokolov, cuyos artistas han trabajado duro en una gama de broches narrativos al estilo de finales de los setenta. Las piezas son de oro, las piedras son tanto naturales como sintéticas, y las flores, los pájaros y los insectos merecen especial atención.
