Se inaugura en Singapur una gran exposición de Patek Philippe

Hace casi veinte años, la dirección de Patek Philippe -la marca independiente es propiedad de la familia Stern desde 1932- abrió por primera vez las puertas de su propio museo de relojería en Ginebra. La recopilación de relojes históricos en beneficio del archivo resultó ser algo más que una cuestión de sentido común y buenas costumbres. En diez años, había surgido una colección tan vibrante que, a pesar del interés monomarca de los coleccionistas, era posible estudiar con seguridad la historia de la relojería a partir de sus exposiciones. Desde hace siete años, el archivo de tics de Patek Philippe recorre el mundo en formato de exposición; cada vez se vuelve a montar, centrándose en la región.

El 28 de septiembre se inaugurará otra exposición en Singapur. Se trata de un claro homenaje a los numerosos aficionados y coleccionistas de Patek Philippe que viven en el sudeste asiático. Las técnicas tradicionales de esta región, que influyeron intensamente en la orfebrería europea de las décadas de 1890 y 1910, son las que los conservadores han destacado en esta ocasión. Los esmaltes de colores de las tapas y las esferas se yuxtaponen a los motivos florales tallados. Hasta el 13 de octubre se pueden admirar decenas de relojes raros en el vestíbulo del Teatro Sands, en la elegante zona de Marina Bay.

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